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El Rugby Unión Xerez reclama “unas buenas instalaciones”

El club jerezano entiende que el mal estado de la pradera, unido a los estigmas que tiene el deporte, les impide crecer

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  • Uno de los equipos del Unión Xerez, en la Pradera. -

El Club de Rugby Unión Xerez ha puesto fin a la temporada este fin de semana con un torneo gradual que se ha celebrado en la Pradera Laura Delgado Bimba del complejo de Chapín. Un torneo que ha sido la guinda a una temporada en la que se sienten satisfechos por “los distintos torneos que han disputado los pequeños y las ligas regionales en las que compiten las categorías más altas”, como cuenta su presidente, Pablo Vallejo.

Para el directivo es “siempre bueno” que haya “más chavales que quieran practicar este deporte”. Y, aunque en el club ahora mismo hay “alrededor de 80 jugadores”, cada vez “cuesta más encontrar chicos que quieran jugar. No sé si es por la promoción del club o la idea que se tiene sobre el deporte. Es difícil que se enganchen al rugby porque en los colegios no se practica, nos fijamos siempre en la misma. Invito a los colegios que introduzcan el rugby en sus programas. El rugby tiene una serie de valores que son educar a través del deporte”.

En este sentido, entiende que influyen también mucho las instalaciones: “No tenemos unas instalaciones adecuadas para jugar al rugby. Estamos en una pradera con acceso público que te tienes casi que pelear con la gente que se pone allí a la hora de los entrenamientos que tenemos solicitados al Ayuntamiento. Y eso nos dificulta mucho el tema del crecimiento. Si tuviéramos unas instalaciones adecuadas como tienen muchos clubes de fútbol de Jerez o los clubes de atletismo o los clubes de baloncesto con sus pabellones. Necesitamos buenas instalaciones para crecer, porque seguimos en una pradera con unos palos, que aquello es público y nos dificulta mucho el desarrollo de la actividad”.

“Lo que hacíamos antes era colocar dos tuberías de riego en dos portería. Insistimos mucho en su tiempo y nos las colocaron. Somos el único club que no tiene instalaciones. Eso es lo que nos daría un punto de inflexión como club para tener algo que sintieras tuyo”, añadía.

A eso se le añade que el césped de la propia Pradera “ya empieza a estar en malas condiciones. Reclamamos al Ayuntamiento un riego y no existe o hay falta de agua, lo que perjudica la actividad. Si tienes un campo tuyo, si es de césped artificial como casi todos a los que vamos, te ayuda mucho”.

Para intentar enganchar a nuevos jugadores, el club tiene una escuela “martes y jueves de 17.30 a 19.00 lo más pequeños y de 18.00 a 19.30 los sub-14 y los más mayores, un poco más tarde. La escuela es abierta. Empezamos con chicos de cuatro años para arriba. No podemos decir que no nos publicitamos. Pero hay que desmitificar que el rugby es un deporte violento en el que te pegan, porque es totalmente mentira”, apunta Vallejo. Que añade que “yo he tenido lesiones, pero como en cualquier deporte. Y contacto tienen todo los deportes como el balonmano, el kárate, el fútbol o el baloncesto. Pero solo se cuestiona el rugby. Es un deporte muy educativo y comenzamos a trabajar con los chicos de forma gradual hasta que llegan con plenitud de reglas a los 18 años con la técnica desarrollada desde pequeños. Pero cuesta convencer, sobre todo a las madres, de que empiecen en el rugby. Cuesta porque lo tienen como un deporte violento”.

Igualmente, en colaboración con el Ayuntamiento “se hacen tres o cuatro actividades de rugby escolar durante el año. Se invitan a varios colegios a esas jornadas. Y hacemos actividades con personas de capacidades diversas invitando a asociaciones para que participen en el rugby inclusivo con nosotros. No excluimos a nadie. Es una tarea de introducir el rugby en el cole. Todo el mundo sale muy contento, pero el resultado final es que nadie se apunte”.

Lo que no se explica el presidente es que los colegios “participan perfectamente. En la última jornada de rugby escolar tuvimos 560 niños, hablamos de un número bastante considerable”. Pero esto “no da sus frutos. No sabemos qué pasa porque se lo pasan muy bien. Pero no alcanzamos el fin de que se apunten”.

Para tirar por tierra los estigmas, da mucha importancia a los valores del rugby: “Es trabajo en equipo siempre. Al contrario lo vemos como un amigo, un compañero de juego al que te vas a encontrar más adelante si sigues jugando al rugby. Yo sigo manteniendo los mismos amigos del rugby de siempre y somos los que llevamos el club. Empezamos con 13 años y ahí seguimos. Algunos se marchan, otros llegan, pero el núcleo duro sigue ahí”.

Y es que en este deporte es también famoso “el tercer tiempo, que es donde vas a desarrollar la amistad con el contrario y los compañeros. Se transmiten vivencias, se charla, los conoces y te sueltas un poco. En el campo cada jugador tiene su función y dar todo lo que puede. Y les digo a ellos que tienen que salir del campo con la sensación de haberlo dado todo y que salgan felices aunque el resultado sea adverso. El resultado es lo de menos”.

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