El tiempo en: Jerez
Publicidad Ai

Jerez

El vino, el arte de vivir la fiesta

La Feria del Caballo se presenta como un claro exponente en el que el vino se erige en elemento omnipresente de su fiesta de mayo por excelencia

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
  • El vino no puede faltar en la celebración de la Feria del Caballo -

La celebración de las múltiples ferias, fiestas tradicionales y romerías que cada año inundan el calendario festivo de Andalucía cuando llega la primavera no se entendería sin el protagonismo indiscutible de sus vinos. Durante este ciclo festivo, que comienza con la Feria de Abril de Sevilla y se extiende, hasta al menos, la Romería del Rocío, el fino y la manzanilla, entre otras variedades, toman posesión de los recintos y caravanas como parte consustancial de la fiesta, aportándole la chispa necesaria para convertir en inolvidables unas jornadas presididas por la alegría de sus participantes.

La Feria de Caballo de Jerez de la Frontera, la Feria del Vino Fino de El Puerto de Santa María o la Feria de la Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda, a las que se suma la Feria de Córdoba, se constituyen de esta forma en eslabones más que significativos del ciclo festivo que se extiende a lo largo de los meses de mayo y junio por estas tierras del sur. En ellas, junto a otros característicos elementos culturales, los vinos generosos acompañan sus respectivas celebraciones.

Tal es así que hasta no hace mucho, en relación con los vinos producidos en el Marco de Jerez, se contabilizaba que una de cada cuatro botellas de todas las que se consumían a lo largo del año se abrían durante este periodo de tiempo. Lo que da una idea sobre la identificación entre su degustación y la felicidad y el esparcimiento que proporciona.

En este sentido, referir algo que ilustra en gran medida en Jerez lo dicho. Y es que con mucha frecuencia los foráneos preguntan si el fino que consumen en la Feria es el mismo que adquieren en bodegas y tiendas para posteriormente degustarlo en sus lugares de origen. Resuelta su duda confirmándoles que se trata del mismo, se les explica que la única diferencia radica en el contexto en el que se bebe, ya que consumirlo en un entorno claramente festivo y acompañado de familiares, amigos y conocidos les resulta más agradable, estimulante y divertido.

En definitiva, se acaba convirtiendo en una experiencia única en la que el ambiente festivo realza su sabor, creando un contexto imposible de reproducir al cien por cien en otras circunstancias. A esto, añadiría, por mi parte, que se suma el hecho de que muchas de las bodegas, siguiendo el sistema de elaboración de criaderas y soleras característico en el Marco, realizan sus sacas coincidiendo con la primavera, un momento en el que el fino ofrece toda su potencialidad organoléptica, coincidiendo con el momento en que el velo de flor está en su momento óptimo.

Disfrutar del Jerez

Constatado el protagonismo del vino en las principales celebraciones festivas andaluzas, entre las que la Feria de Caballo ofrece una de las más destacadas, Jerez se presenta como un claro exponente en el que el vino, junto al caballo y el flamenco, se erige en elemento omnipresente de su fiesta de mayo por excelencia.

El hecho tangible de que en torno al medio millón de medias botellas de fino podrían consumirse durante los ocho días que dura la Feria dan idea de su importancia a la hora de vivir el evento. Y ya que hablamos de medias, cabría preguntarnos el porqué del tamaño justo para servirse seis copas. Es justo la mitad de una botella convencional y la razón de utilizarlo se sustenta en poder evitar así que el vino se caliente. Una sabia medida adoptada cuando no existían los potentes y modernos refrigeradores de hoy en día, pero se hizo costumbre y el final se quedó.

La razón de uso de las medias nos sirve para señalar que el pleno disfrute tanto del fino como de la manzanilla pasa por servirlos a la temperatura adecuada. Y es que para estos dos vinos la temperatura ideal de consumo se encuentra entre los 5 y 7 grados. En este sentido, añadir que a la hora de coger las copas lo hagamos por su base. De esta forma mantendremos alejadas nuestras manos del recipiente, evitando así incrementar todo lo posible su temperatura.

Lo cierto es que este factor nunca ha sido baladí y mucho menos cuando nos encontramos al mediodía en la Feria y el calor aprieta. En este punto, me viene a la memoria cuando a los feriantes se les ofrecía, bien para agasajarlos por razones promocionales o de trato exclusivo en determinadas casetas, la oportunidad de saborear una copa de fino servida por un venenciador y recién salida de una pequeña bota y a una casi perfecta temperatura de servicio. Y es que la bota de la que lo extraía contaba con un dispositivo especial destinado a conservar su frescor nunca por encima de los 7 grados centígrados.

El caso es que nuestro afán por refrescarnos mientras disfrutamos de la Feria ha desembocado en nuevas variantes entre las que se encuentra el popular rebujito, servido en jarras de diferente tamaño y elaborado con fino o manzanilla -sin descartar el amontillado-, hielo, hierbabuena y refresco de lima o limón, por ser fácil de beber y ayudar a combatir el calor. Su popularidad se ha extendido por casi todas las ferias andaluzas, aunque se dice que ya lo preparaban los ingleses, llamándolo Sherry Cobbler, con una mezcla muy similar a la que se hace hoy en día.

En cualquier caso, la Feria del Caballo es una gran oportunidad que se le ofrece al visitante para descubrir o ampliar nuestro conocimiento sobre la amplia gama de los vinos jerezanos. Un buen número de casetas -sobre las que cabe recordar que en su mayor parte son accesibles al público- y, sobre todo, las de las bodegas, ofrecen un buen número de variedades. Si antes apuntábamos el amontillado como un ingrediente alternativo y harto interesante a la hora de elaborar el popular rebujito, los olorosos, palos cortaos, creams, mediums, pedros ximénez o moscateles, entre otros, pueden hacer las delicias de los feriantes dependiendo del momento del día y su maridaje con la gastronomía de la zona. Porque si hay algo que caracteriza al vino de Jerez es su versatilidad.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN

OSZAR »