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La 'prima' Kimberly

Le hemos apañado un traje de gitana 'low cost' y pedido un mantoncillo de lunares cambembos por el 'shein' que aún no ha llegado

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  • Ambiente en el Real de la Feria del Caballo. -

Este año tenemos en el cole donde trabajo a una compañera de intercambio llamada Kimberly, que es una nativa de Liverpool muy apañá, que lleva los mofletes rojitos como el color de su bandera y como buena hija de Rey Carlos de Inglaterra.

Kimberly ya ha probado el puchero, la pringá y el pescaíto de la plaza; ha vivido en sus carnes unas cuantas zambombas y con mucho entusiasmo fue conmigo a la recogida de la Cena, encantándole que fuera tan tempranito y que una leve lluvia amenazara la jornada. Le dije que eso fue cosa de Natera para que ella se sintiera como en casa.

En esos días la hemos estamos preparando para que viva la Feria en todo su esplendor; y mientras las compañeras le han apañado un traje de gitana 'low cost', la directora le pidió un mantoncillo de lunares cambembos por el 'shein' que aún no ha llegado.

A mí me ha tocado enseñarle a bailar sevillanas, y los padres le han dado consejos sobre cómo ir, estar y salir (sobre todo salir) del bendito Real de la Feria.

Así, ella ya sabe que aquí lo importante es llevar bien puesta la flor en la cabeza, importando el tamaño y no tanto si combina o no con los volantes del traje. Que tiene que montarse en un coche de caballos y saludar cual Reina Emérita, y se tiene que hacer mil fotos paseando por las casetas como si esto fuera la Pasarela Cibeles.

Le hemos dicho que el síntoma de que todo va bien será cuando se descalce, beba rebujito como el que bebe agua santificada y comience a saludar a los porteros de las casetas como si fueran primos segundos; y si ya es capaz de cantar con algún grupito, estará cerca de que le demos el Caballo de Oro.

Que estos días se tiene que despreocupar del reloj, que pagar media hipoteca por una tortilla y unos pimientos es lo normal y que se tiene que tomar uno o dos cocos aguados mientras espera la cola del taxi.

Ayer a eso de las ocho de la tarde la vi montada en el Ratón Vacilón, extremadamente feliz, y sé que mañana tiene entradas para los toros.

Ainsssss prima Kimberly… tenemos tanto que aprender de ti. Nosotros no aprenderemos inglés, pero tu seguro que regresarás pronto a Jerez; aunque sea para comprar turrón.   

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